¿Alguna vez te has preguntado si eres lo suficientemente negrx o blancx para ser parte de un grupo social?
Este tipo de preguntas, muchas veces inconscientes, surgen a partir estructuras sociales que clasifican y separan a las personas por estratos sociales y más allá de eso, según su color de piel y rasgos físicos. Esto también pasa de forma inconsciente, aunque no justificada, y le llamamos colorismo.
Pero, ¿qué es el colorismo?
Se trata de clasificar a las personas por su tono de piel. Y es una discriminación ya que privilegia a las personas del tono de piel más claro sobre otrxs. Este concepto es de la autora y activista Alice Walker, por ser la primera persona que usó y definió el término. Hay que tener en cuenta que el colorismo viene del racismo.
El colorismo refleja que el color de piel importa, porque somos visuales y nos respondemos unxs a otrxs según las formas que tenemos físicamente. Si revisamos la historia y todos los prejuicios raciales que las personas han aplicado a ciertos colores de piel, llegamos a la sociedad actual y al colorismo, donde el color de piel se convierte en un hecho significante cargado de identidad y valor.
¿Cómo podemos identificar el colorismo?
El colorismo sostiene que mientras más oscura es la piel de una persona, más sujeta está a prejuicios. Es decir, mientras más clara es la piel de la persona, incluso afro, y “más finos” sean sus rasgos, será mejor vistx dentro del patrón europeo por lo que será más agradable socialmente. También, las personas latinas sufren discriminación en lugares donde la mayor población tenga la piel más clara.
Para identificar el colorismo, también hay que tener en cuenta que la preferencia por la piel clara es una práctica común en las comunidades afro y latinas, donde en algunos casos hay resentimientos, y se juzgan entre sí quienes son más clarxs y lxs que desean ser más blancxs, o quienes reafirman sus raíces.
Para entender este sentido del colorismo, un poco mejor, te damos algunos ejemplos. Algunas personas negras más claras son etiquetadas como «exóticas», que es la forma como la hegemonía blanca suele clasificar todo lo que huye de su patrón eurocéntrico, pero que tiene cierta belleza. Las mujeres negras nombradas como «morenas» son mejor aceptadas que las negras rotundas en la sociedad occidental.

Estos son ejemplos de cómo los privilegios son limitados para algunas personas negras y sobre cómo no se escapan de los estereotipos: tanto para las personas blancas que les aceptan mejor por ser más clarxs, como para sí mismxs al considerarse mejor que otras personas más oscuras.
Expresiones coloristas
Siendo el colorismo parte del racismo, y aunque no se crea, sí es frecuente dentro de las comunidades afro, indígenas y latinas, por eso algunas expresiones van desde “mi pelo no es tan malo”, “tus rasgos son más finos”, “morena hermosa”, hasta querer cambiar el aspecto y competir entre sí.
La teoría colorista nos muestra palabras como «morena» y «mulata» y «mestizo» que son términos blanqueantes, y ratifican que mientras más blancx, mejor. Así se busca disminuir el peso al rechazo por ser negrxs, como si ser negrx fuese algo negativo. Además, el colorismo va más allá de la apariencia, también es una forma de verse, de vestir, de actuar y de expresarse.
Estas son algunas frases propias del colorismo:
- Trata de usar ropa más a la moda para que no parezcas india
- Te queda bien el rubio a pesar de ser negrx
- Mejor alisar ese pelo malo
- Mejor hazle algo a ese cabello chino/indio
- Para ser morenx/negrx no actúas como unx
- Tienes cuerpo de negrx
- Mi nariz es fina
- Si te casas con el/ella mejorarás la raza
- Para ser negra no tienes rasgos tan gruesos, así te ves hasta guapa
Las expresiones coloristas demuestran una falta de conciencia y la sensación de no pertenecer a un sector. El rechazo y la falta de identidad son propias del colorismo.